

La disolución no es infinita, las soluciones se saturan. Esta propiedad es reveladora y sumamente útil para separar mezclas y entender una multitud de fenómenos industriales, de salud y ambientales.
Es una clase de discusión con base en ciertos fenómenos conocidos. Un video de preparación de una pieza metálica por fundición nos hace reflexionar sobre las características de los estados sólido y líquido. Un tonel de porotos de soja nos advierte que los sólidos, en ocasiones, también pueden fluir.
Nos imaginamos a sólidos y líquidos como si estuvieran hechos microscópicamente de bolitas. Es decir, ideamos un modelo de partículas que dé cuenta de las propiedades macroscópicas de los sólidos y los líquidos en cuanto a las posiciones y las distancias de las partículas.
Jugamos a descubrir el contenido de una caja sin abrirla y luego reflexionamos sobre un texto sobre entidades observables y no observables en la ciencia. Esto es importante porque nuestro modelo de partículas invoca entidades no observables cuyos detalles se refinan con nuevas observaciones.
Buscamos determinar que los gases adoptan la forma del contenedor como los líquidos —y, por lo tanto, pueden fluir—, pero, a diferencia de estos, son compresibles y tienden a ocupar todo el volumen del recipiente o envase en el que estén confinados.
El último paso consiste en incorporar los gases a nuestro modelo de partículas. Los imaginamos como sistemas con partículas muy separadas entre sí para poder dar cuenta de la compresibilidad. Cerramos la clase resumiendo las representaciones microscópicas de los tres estados.